jueves, 16 de octubre de 2014
Espiritualidad Ximena oñate
Hablar de espiritualidad representa un gran desafío, en general las experiencias espirituales se conciben como acontecimientos muy individuales que en su mayoría contribuyen al bienestar subjetivo de las personas, al sentido que le dan a la vida y a su trascendencia.
Es común observar que en esta etapa de la vida las personas se acercan mucho más a su dimensión espiritual, no es casualidad que aumente su interés por integrarse a comunidades religiosas que de alguna manera vienen a cubrir las necesidades de integración y de vinculación con el mundo circundante, desde la búsqueda de lo divino.
la espiritualidad en la adustez mayor, tiene que ver con el bienestar psicológico de la persona en su relación con los demás, con su propio crecimiento personal y el propósito que le da a su vida
El envejecimiento produce cambios naturales en los ritmos de vida, deja espacios propicios para practicar nuevas rutinas y disminuir la ansiedad que implicó el cumplimiento de un sinnúmero de obligaciones en la etapa media de la vida, favoreciendo el desarrollo de la espiritualidad.
EMOCIÓN
La emoción es el mejor recurso optativo para la vejez. Por tanto las variables emocionales influyen en el rendimiento de las funciones cognitivas. El adulto mayor, necesariamente se ve obligado a un cambio de metas e intereses, a una selección de lo que le produce más bienestar, por tanto el rendimiento cognitivo debería estar ligado a los fines optativos personales y sociales, lo que solo se puede hacer a partir de las experiencias emocionales y subjetivas logradas a través del devenir histórico del paciente adulto mayor.
No se puede desconocer ni ignorar entonces la necesidad que tiene el paciente adulto mayor de anteponer la emoción al funcionamiento cognitivo. El equívoco que sucede y a menudo de valorar el funcionamiento cognitivo del adulto mayor sin considerar la primacía emocional que comanda los nuevos intereses del adulto mayor, puede llevar a todo un sinnúmero de errores en el diagnóstico y por tanto en las estrategias de intervención.
El envejecimiento produce cambios naturales en los ritmos de vida, deja espacios propicios para practicar nuevas rutinas y disminuir la ansiedad que implicó el cumplimiento de un sinnúmero de obligaciones en la etapa media de la vida, favoreciendo el desarrollo de la espiritualid.
El adulto mayor ha logrado más que los más jóvenes una mejor regulación emocional, la misma que se expresa en la forma de solucionar y enfrentar los problemas cotidianos, de hecho hay cosas que ya no le interesan resolver al adulto mayor y por tanto pierden significado para él, y eso solo puede realizar en base a su experiencia personal y al acomodo emocional que intenta realizar.
realizado por ximena oñate.
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